martes, 10 de junio de 2014

¿Para que sirven los robots?

En la actualidad, los robots comerciales e industriales son ampliamente utilizados puesto que realizan tareas con más precisión que los humanos y con menor costo también. Se utilizan con mucha frecuencia en tareas que son peligrosas, sucias y tediosas para los humanos, como la búsqueda y rescate de personas, así como para localizar bombas en zonas de guerra o en las ciudades.
En el sector industrial se usan los robots en plantas de manufactura, montaje y embalaje, en transporte, en exploraciones en la Tierra y en el espacio, en cirugía, armamento, laboratorios de investigación y en la producción masiva de bienes industriales  de consumo.
En laboratorios de investigación, recientemente científicos de la Universidad de Aberystwyth, en Gales, logró crear al colega perfecto, un robot “con conocimiento científico” capaz de realizar cientos de experimentos  repetitivos sin aburrirse.
El robot, llamado Adam, es la primera máquina que logra descubrir de manera independiente nueva información científica, identificando el papel de varios genes en células de levadura y además es capaz de planificar más experimentos con sus propias hipótesis.
En medicina, aunque en esta área ya hay varias aplicaciones, como la gran cantidad de robots quirúrgicos aplicados a la Urología, Ginecología, Cirugía, Pediátrica, General y Torácica. Y como aquellos usados en procedimientos de cirugía poco invasiva, También los hay de aquellos que se utilizan en los laboratorios en el transporte de muestras biológicas y químicas.

Recientemente, en abril de 2009, científicos belgas crearon y presentaron un robot forrado de peluche destinado a ayudar a curar a niños hospitalizados. Este robot fue inventado por científicos belgas y el objetivo de sus creadores es que los niños establezcan un puente emocional con él para ayudar a su curación. “Probo” es el nombre del robot y está preparado para desplazarse, hablar, reconocer las expresiones del rostro de sus interlocutores, interpretar las emociones y reaccionar en consonancia.
En el cuidado de personas, se trata de una aplicación muy reciente pero de mucha demanda en países con escasez de mano de obra, como China y Japón que por sus propias tradiciones culturales -el cuidado de los ancianos no se deja en instituciones, como asilos, sino en su propia casa-, resultarían de mucha utilidad en esas sociedades.
De acuerdo a cifras del gobierno Chino,160 millones de personas son mayores de 60 años, lo que requiere de un enorme contingente de personal que se haga cargo del cuidado de los ancianos. Pero como tal número de asistentes sociales no estaría disponible en el país, el gobierno ha estado apoyando iniciativas tendientes a resolver este problema impulsando proyectos de desarrollo de robots que se transformen en los “ayudantes de cámara” de estos ancianos y les puedan llevar comida y medicinas, hacer sonar las alarmas en caso de que en la casa haya escapes de agua o de gas, mandar mensajes de texto o vídeo a familia y amigos e incluso cantar canciones o jugar al ajedrez. Estos robots estarían disponibles a los adultos mayores en dos o tres años más.
En exploración, es donde los robots están reemplazando a los humanos, especialmente en la exploración del fondo oceánico y en exploración espacial. Para esas tareas se suele recurrir a robots del tipo artrópodo.
En educación, se trata de un humanoide que puede expresar emociones de alegría, disgusto, enojo y tristeza. Es de origen japonés y esperan que pueda reemplazar, en diez años, a los cirujanos de guerra
Saya es el primer robot profesor. Su creador, el científico Hiroshi Kobayashi, trabajó en el proyecto cerca de 15 años. Habla varios idiomas y puede dictar actividades de libros de texto.
Saya dio sus primeras clases, durante un trimestre, en una escuela primaria de Tokyo. Tras pasar esta primera prueba, la idea fue adoptada en Gran Bretaña.
En construcción, se trata de un trío de robots, Hydras-Ascent, Hydras-Ascent II y el Circa en forma de serpiente, todos ellos autónomos y diseñados por el Laboratorio RoMeLa (por sus siglas en inglés del Robotics and Mechanisms Laboratory) del Instituto Politecnico y Universidad Estatal de Virginia (Virginia Tech), en Estados Unidos en 2008, para reemplazar a obreros en la realización de tareas riesgosas, como la inspección de edificios de gran altura o de los pilares de puentes sumergidos en el agua, mediante movimientos oscilantes, parecidos a los que realiza una serpiente para desplazarse.
Estas máquinas cuentan en su interior con sensores y cámaras que permiten inspeccionar las estructuras o llevar a cabo otras tareas que hoy día realizan los humanos, y que son peligrosas. Cada una de ellas mide aproximadamente un metro de longitud
Recientemente, Junio 2009, científicos del mismo Laboratorio RoMeLa han desarrollado un robot único que puede sujetar con firmeza objetos tan duros como una lata de cerveza o tan delicados como un huevo crudo, además de ser lo suficientemente habilidoso como para hacer gestos del lenguaje de los signos.
El Robot bautizado con el nombre RAPHel (Robotic Air Powered Hand with Elastic Ligaments o “Mano Robótica impulsada por Aire con Ligamentos Elásticos”), consiste en una mano robótica completamente articulada e impulsada por un tanque compresor de aire de una presión de más de 4 atmósferas (1 atmósfera es la presión a nivel del mar).
Su diseño de alimentación por aire es lo que hace a esta mano única, dado que con él (la máquina) no necesita de ningún tipo de motor, además que su fuerza para asir objetos puede ajustarse con solo cambiar la presión del aire.  Esta mano está destinada al primer robot humanoide bipedo y andante fabricado integramente en Estados Unidos, de nombre Charli.

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